Sete González (Madrid, 1976) es dibujante, ilustrador, músico y skater. Es licenciado en ilustración editorial, publicidad, diseño y cómic en ESDIP (Madrid).
Se subió a una tabla de skate cuando era muy pequeño y acabó convirtiendo este deporte en una fuente de inspiración y una forma de vida. El dinamismo y la improvisación de esta disciplina han constituido una gran influencia en su trabajo y en su manera de entender la comunicación visual.
Ilustrador versátil en cuanto a técnicas y estilo, su lenguaje se adapta con facilidad a diferentes propuestas dentro y fuera de la ilustración. Con un estilo muy personal cercano al cómic y al street art, ha trabajado en numerosos soportes y para marcas de moda y skate, es autor de las ilustraciones y el artwork del segundo álbum de Lin Cortés, y también ha realizado diversas exposiciones sobre la figura de Camarón, cuya obra ha colgado en lugares tan emblemáticos como Casa Patas (Madrid) y la Venta de Vargas (San Fernando, Cádiz).
La biografía ilustrada oficial de un personaje icónico de la cultura española.
El arte de Lola Flores fue prematuro: a los cuatro años ya levantaba aplausos y olés de los clientes mientras zapateaba en la barra del tabanco que regentaba su padre. Debutante a los dieciséis en el teatro y un año más tarde en el cine, no tardó en colarse en nuestros corazones, cautivándonos con su carisma, su naturalidad y su manera apasionada de vivir. Porque Lola Flores vivió como ella quiso: sin guiones, sin barreras, libre y valiente. A su talento para el arte y para la vida traza aquí Sete González un entusiasta homenaje rebosante de temperamento, de desparpajo, de alegría, como la Faraona.
El arte de Lola Flores fue prematuro: a los cuatro años ya levantaba aplausos y olés de los clientes mientras zapateaba en la barra del tabanco que regentaba su padre. Debutante a los dieciséis en el teatro y un año más tarde en el cine, no tardó en colarse en nuestros corazones, cautivándonos con su carisma, su naturalidad y su manera apasionada de vivir. Porque Lola Flores vivió como ella quiso: sin guiones, sin barreras, libre y valiente. A su talento para el arte y para la vida traza aquí Sete González un entusiasta homenaje rebosante de temperamento, de desparpajo, de alegría, como la Faraona.